La primera casa en la que viví tenía paredes amarillas, un amarillo pálido. Quizá mi primer recuerdo de esta vida es el estar en la cuna siguiendo con la mirada las sombras en el techo. Sombras alargadas, grises desapareciendo calladamente mientras amanece.
Mi segunda casa. Un cuarto pequeño, en Tuxtla, cerca de una plaza de toros. Mi padre me sienta sobre sus piernas y me hace sostener el volante de su Vocho, yo pretendo manejar. Las calles de terracería. Saltar sobre la cama. Empanadas de papa en el kínder. Mi tía Teresa curando a los niños de empacho.
Ya he escrito suficiente sobre esta casa.
La casa en la colonia Bienestar Social que creció con nosotros. Primero unos pilares de cemento en el patio. Después un piso, después un segundo piso, luego una azotea desde donde se ve la ciudad. Me siento en las tardes de calor a ver las nubes, aprendo a estar sola. Leo todo lo que cae en mis manos. Mi perra Canefú. La tienda de doña Esther, los vecinos jugando futbol. Las tardes en la hamaca oyendo las conversaciones de mi abuela.
El departamento sobre viaducto. Un cuarto compartido con una cocina pequeña. Sobre la avenida, oigo accidentes de trafico, un asesinato. Un día me toca la policía a la puerta, para preguntarme si tengo una cobija. En un taxi, justo frente a mi casa, había nacido un bebé.
Invito a mis amigos, tengo muchos amigos y bebemos cervezas en la azotea y les digo a todos: "quiero ser escritora”.
Un departamento frente a un lago congelado. El invierno es muy largo. Publiqué mi primera novela.
Una casa gris con alfombra polvosa en la que no escribo.
Una casa en Los Ángeles, la consigo por 1500 dólares, un cuarto, sin lavadora, y con una iglesia evangélica en el primer piso. Improvisamos un jardín en una terraza desde donde se ven las montañas de San Gabriel. Todos hablan español y me siento de nuevo en la Bienestar Social donde las vidas de los vecinos eran también parte de la mía.
Vuelvo a escribir y la escritura está para mí ardua y generosa.
Me despierto en mi cama y oigo la lluvia afuera. Las sombras en el techo forman la figura de mis gatos. Hoy es enero de 2024.